El grillo que viaj贸 por el mundo
脡rase una vez, en un peque帽o puerto olvidado por los mapas y los turistas, un grillo llamado Gregorio que so帽aba con aventuras m谩s all谩 del horizonte. Su canto era diferente al de los dem谩s grillos, una melod铆a tan especial que encantaba a cualquiera que la escuchara.
Cada noche, Gregorio sub铆a a la rama m谩s alta y dejaba que su m煤sica flotara con la brisa. Pero una de esas noches, un viento travieso lo sorprendi贸 y lo arrastr贸 hasta la cubierta de un lujoso crucero que zarpaba en ese mismo instante.
隆Gregorio no pod铆a creerlo! Se encontraba navegando por mares desconocidos, y enormes humanos paseaban sin notar su diminuta presencia. Sin un boleto ni un destino fijo, Gregorio se convirti贸 en un viajero accidental, escondido entre sombreros de copa y bufandas de seda.
A lo largo de su traves铆a, visit贸 lugares que solo hab铆a imaginado. En Italia, se escondi贸 tras las cortinas de un teatro y aprendi贸 a imitar a los grandes tenores. En Egipto, brinc贸 entre las sombras de las pir谩mides, maravillado por su inmensidad. En las islas griegas, se perdi贸 en atardeceres que pintaban el cielo de naranja y rosa.
Pero la vida en el mar no siempre fue f谩cil. Una vez, durante un baile de gala, estuvo a punto de ser aplastado por un zapato de charol. Otra vez, en la cocina de un chef franc茅s, su canto casi lo convierte en el ingrediente secreto de una sopa. 隆Qu茅 peligros ten铆a la vida de un grillo trotamundos!
Sin embargo, Gregorio no se dej贸 vencer. Aprendi贸 a chirriar en varios idiomas y su sonido, sin que 茅l lo supiera, inspir贸 a un famoso dise帽ador a crear una l铆nea de ropa inspirada en su ex贸tico patr贸n de alas.
Finalmente, despu茅s de un a帽o de aventuras, el crucero regres贸 al puerto donde todo comenz贸. Gregorio sinti贸 que su coraz贸n, ahora lleno de historias y canciones, le ped铆a volver a casa.
All铆, entre los juncos y las hojas del viejo muelle, comparti贸 sus relatos con otros grillos so帽adores. Les habl贸 de mares lejanos, de luces doradas reflej谩ndose en el agua y de la m煤sica que hab铆a encontrado en cada rinc贸n del mundo.
Desde entonces, su canto nunca fue el mismo. Ahora ten铆a el eco de las olas, la pasi贸n de un aria italiana y la calidez de un sol griego. Y as铆, Gregorio se convirti贸 en una leyenda, el grillo que viaj贸 por el mundo sin comprar un boleto, pero con un coraz贸n lleno de melod铆as.
FIN